Patería de Sousa: la pyme extremeña que derrotó a los gigantes franceses del foie en su propia casa
¿Sabe
qué tienen en común algunos selectos restaurantes de Nueva York y San
Francisco, con las tiendas delicatessen de París, y con grandes
almacenes como Harrods en Londres? En un principio se podría pensar que
poco. No es así. Todos ellos cuentan en sus cartas y surtidos con los
patés ibéricos de La Patería de Sousa, una empresa extremeña creada por
Eduardo Sousa en 1998, que se ha impuesto a los más grandes del sector
(los franceses) a la hora de conquistar los más exquisitos paladares.
Pero, ¿cómo es posible que esta pequeña empresa de menos de 30
trabajadores venza a multinacionales del paté? Su secreto está el origen
mismo del producto, que proviene de las antiguas recetas de origen
danés, de donde procede la familia, guardadas con celo y mejoradas
durante casi dos siglos. Además de mantener la tradición, la auténtica
clave que resuelve la ecuación la encontramos en la alimentación de los
gansos. Al contrario de lo que ocurre en otras empresas del sector,
Patería de Sousa da de comer a sus animales sólo con productos
naturales existentes en las dehesas de la Baja Extremadura: bellota,
hierbas frescas y raíces.
El secreto es la alimentación no forzosa
Pero eso no es todo. Convertirse en único no se consigue sólo a
base de productos naturales, ya que todos los patés más exquisitos hacen
lo mismo, sino porque esta pyme extremeña no alimenta a los gansos de
manera forzada. Ésta es la razón por la que mientras Patería de Sousa
tarda un año en criar un ganso en campo abierto, sin pienso ni
medicaciones, en Francia lo hacen en sólo 15 días, pero forzando su
alimentación. Por si fuera poco, el método tradicional de Sousa deja que
sea el clima y el apetito de los animales los que dicten el peso final
del hígado, que suele pesar entre 450 y 900 gramos. En cambio, la
alimentación forzosa, además de en tiempo, suele ofrecer unos pesos
mayores y más regulares. A pesar del handicap, la búsqueda de la exquisitez tuvo su recompensa en 2006, cuando ganaron el concurso Coups de Coeur celebrado en el Salón Internacional de la Alimentación de París (Sial), que premiaba al mejor paté del mundo.
Gracias a este reconocimiento se les abrieron las puertas de países
como Estados Unidos y Japón, aunque también les convirtió en blanco de
críticas. Y es que Patería de Sousa acababa de vencer a los dioses del
foie en su propia casa. Era como si la selección de fútbol francesa
hubiese sido derrotada por los juveniles de la española en la final del
Campeonato del Mundo en un partido celebrado en el campo de Saint-Denis.
Como se podía esperar, los franceses tuvieron mal perder y pusieron
como excusa que para que un foie fuera considerado como tal era
necesario alimentar a los animales de manera forzada. Obviamente lo que
ha quedado en el recuerdo con el paso de los años es el triunfo de esta
familia extremeña que ha descubierto cómo la industria se ha quedado
atrasada en la producción de alta calidad. Y como se suele decir, cuando
hay calidad es muy sencillo vender fuera de España. ¿Próximo objetivo?
Conquistar el continente americano aunque los Sousa lo harán con calma.
Ellos, mejor que nadie, saben que las prisas suelen estar reñidas con la
calidad.
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